lunes, 18 de mayo de 2009

La Política del Personalismo y la Sociedad del Paternalismo

Por Facundo Ignacio Benitez
"Sigan las ideas, no a los hombres
los hombres pasan, las ideas quedan"
Raúl R. Alfonsín.


Hace un tiempo en nuestro foro de debate de facebook se planteo un tema más que interesante, el título del debate se denominaba “El problema del peronismo es el Ismo”, en este se desarrollaron distintas posiciones claras, más que nada de cara a las elecciones legislativas próximas, pero yo en mis opiniones le di algún tipo de variopinto histórico que creí pertinente para desarrollar este tópico en cuestión.

En esta columna de opinión voy a empezar por donde había concluido en el debate. La conclusión a la que arribé es más que nada el hecho de que esa problemática, por llamarla de alguna manera, es un problema estructural de la sociedad argentina, problema que denominaría como paternalismo. Es decir, nuestra sociedad reclama de manera evidente “El” personaje que la salve o saque de tal situación o que represente sus posturas e ideologías, representando en ese líder la síntesis de todo aquello. Toda sociedad tiene cierta dosis de paternalismo, y más que nada se evidencia en los regímenes presidencialistas, donde no solo en el ámbito de la política aparecen fuertes liderazgos. Claro ejemplo es Estados Unidos, arquetipo de democracia occidental, donde el liderazgo del presidente adquiere cierta sobredimensión y relevancia mediática, social, económica, etc. Pero sin embargo la historia de occidente nos ofrece también procesos de similares características. De una forma exacerbada la Alemania Nazi es un ejemplo drástico de paternalismo y sencillo es demostrarlo. Todo el mundo sabe sobre la debilidad de las instituciones en la Alemania de la primera posguerra, que hace sencillo el asenso al poder de figuras sombrías y carismáticas, pero la principal causa es un elemento de psicología social, que gravita alrededor de los enormes problemas: económicos, la pobreza, el desmantelamiento de las FF.AA., y el enorme vació de poder. Este elemento de carácter psicológico-social encuentra su basamento en la generación de hombres que sustentan el desarrollo del nazismo en Alemania. Estos hombres y mujeres son hijos de la primera guerra, es decir sus padres dejaron su vida (literalmente) en el campo de batalla, y muchos de los sobrevivientes quedaron inválidos y débiles para representar el estereotipo del “buen padre de familia germano”, es por ello que el que llena ese vació de poder es ni más ni menos que “el padre de la raza aria”, “el padre de Alemania” y en su síntesis más extrema “Alemania misma”, el Fuhrer.

Claro está que en nuestra Argentina, el “paternalismo” no se da con estos ribetes extremos, pero sin embargo es una característica que la argentina no supera y sus orígenes se remonta a los albores de la Patria. El ejemplo más sobresaliente del siglo XIX es la figura del Brigadier Don Juan Manuel de Rosas. Este caudillo (palabra no menor en esta temática) aparece como figura descollante luego del enorme vacío de poder generado por las guerras intestinas en una sociedad que ya por entonces era paternalista. Luego con el devenir de la historia, vemos como incluso se ve dilucidado este paternalismo en los partidos políticos modernos. No debemos olvidar que el mismo Hipólito Yrigoyen es estigmatizado de paternalista incluso entre sus mismos correligionarios que logra como efecto el cisma en el ceno de su propio partido.

Es de destacar entonces que el paternalismo persiste, pero sin embargo cuando se producen vacios de poder, como el ejemplo anteriormente mencionado, aparecen figuras aún más sobredimensionadas. Es aquí donde menciono el caso del Peronismo. A riesgo de ser reduccionista y tal vez simplista por que se suceden enormes causas, en la década del 30-40 el vacio de poder es de una magnitud inusitada, sumadas a los fallecimientos de Uriburu, de Yrigoyen y acentuado con la nefasta década infame, con su autodenominado “fraude patriótico”, hacen que el paternalismo sea una exigencia imperativa de la sociedad. Es allí donde aparece el Coronel Juan Domingo Perón. Sin entrar en mayores detalles que haría demasiado extensa esta mera opinión, podemos ver como el Peronismo se fue estructurando con este sentido como basamento, la figura de Perón como líder, el verticalismo del movimiento, y la estructuración de la expresión electoral natural que es el PJ, denotando este paternalismo del que vengo hablando.

Hoy por hoy asistimos desde el advenimiento de la democracia un proceso peculiar. La desaparición física de Perón (1º de Julio de 1974) produjo roturas dentro de esta fuerza que después de la década menemistas y con la crisis del 2001 se divorcio absolutamente del partido, que evidentemente dejó de representar a esta fuerza política, y pasó a ser un engranaje más de corrupción, decadencia, y estructuras que incluso llevan adelante las prácticas contras las que el peronismo lucho, es decir el fraude electoral, el clientelismo, el oportunismo político en base al manejo de los pobres con punteros, diezmar al movimiento obrero y otras prácticas de público conocimiento. Desde este punto de vista si podemos entender que el peronismo encuentra en su nomenclatura un problema en su sufijo “Ismo”, que queda más que evidenciado en el marco del fenómeno denominado “crisis de los partidos políticos”, en donde de por sí las estructuras partidarias se resquebrajan y debilitan para dar paso a personalismo fuertes y liderazgos que no respetan la institucionalidad democrática. Aquí nos encontramos frente a un callejón sin salida de tipo institucional. Nuestra Constitución Nacional, declara desde 1994 que los partidos políticos son la piedra fundamental y elemento esencial de esa democracia ¿Qué sucede entonces cuando esas mismas estructuras fundamentales de la democracia no funcionan de tal manera sino que gravitan alrededor del caudillo de turno? Recientemente muchos políticos, algunos con enormes responsabilidades institucionales como el Gobernador de Santa Fe, declararon que los vicios de la democracría argentina actual se solucionarian con la reforma hacia un sistema de tipo parlamentario, pero aquí otra pregunta ¿De que sirve un sistema parlamentario cuando los partidos estan absolutamente debilitados y priman los personalismos? ¿Cambiaría la cuestión derivar el personalismo del presidencialismo (alejado de los presupuestos de Alberdi) al parlamentarismo? Absolutamente no.

De este modo vemos como este problema excede al peronismo, y encuentra su raíces en la sociedad argentina toda. Por otro lado es indispensable destacar ese divorcio que mencione entre el PJ y lo que denominamos “Peronismo”, no en un sentido partidario, sino entendiendo al último como esa fuerza social que enarbola banderas que todos los argentinos con el pasó del tiempo tomamos como propias, es decir la justicia social la independencia económica y la soberanía política. Lo mismo ocurre con el radicalismo y la UCR, se genera cierto divorcio entre esa fuerza que busca la república, el imperio de la ley, la cual podemos denominar radicalismo, y la expresión electoral de esa fuerza que es la UCR. La diferencia estriba en que el Peronismo llegó a tal punto de autocracia y caudillaje de la cual es muy difícil salir de esa dicotomía, en donde tenemos por un lado la exigencia del republicanismo democrático, y el caudillaje corrupto actual. Es de destacar que antes de su tercera presidencia el Gral. Perón en clara alusión a su desaparición física decía textualmente en varios videos: “después de mi, debe sobrevenir para el movimiento justicialista LA INSTITUCIÓN”. El mismo creía que esa institución seria la misma CGT, pero lamentablemente la institución que se apropio de forma nominal de esa fuerza social y cultural (digo nominalmente por que a decir verdad no la representa en lo más mínimo) es una estructura partidaria corrompida y absolutamente alejada de los principios que dieron inicio a ese movimiento que denominamos peronismo. Estos detalles que escribo, pese a que pudieran parecer impertinentes y fuera del eje temático, los postulo aquí para entender un doble sentido de Peronismo en cuanto nomenclatura, por un lado esto que mencionaba como fuerza cultural y por otro la estructura que se apropio de esa nomenclatura que la enarbola de forma anacrónica, vacía, corrupta, y alejado absolutamente de esa fuerza cultural.

La Argentina debería buscar esa fortaleza no en los hombres sino en las ideas, como bien exponía el extinto ex presidente Raúl Ricardo Alfonsín y que parafrasee en el epígrafe de esta columna, y al que sumo las instituciones. Es decir la Argentina debería caminar en busca de la fortaleza institucional dejando de lado la fortaleza en hombres de hierro.

5 comentarios:

  1. LOS HOMBRES PASAN...
    LAS IDEAS QUEDAN.
    ESFORCÉMONOS PARA QUE SEAN BUENAS IDEAS NO?
    GRACIAS POR LA INVITACIÓN A DEBATIR, PERO SOLO UTILIZO EL BLOG.(LA TECNOLOGÍA ME SUPERA)JAJAJAJ.

    BESITOS.

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  2. Debemos asumir que Scioli va a abandonar la Gobernación. Lo repito : DEBEMOS ASUMIR QUE DANIEL SCIOLI VA A RENUNCIAR A SER GOBERNADOR.
    Para que la ciudadanía lo tenga claro, hay que lograr que se comprenda que Scioli, cual Ruckauf, deja la gobernación el 10 de diciembre próximo.
    Difundamoslo.

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  3. Es cierto tiene un vicegobernador demasiado fuerte, es el verdadero poder en las sombras de la provincia de buenos aires, ese sujeto diseño los saqueos del 2001 y siempre estuvo respaldado por Duhalde y el narcotráfico

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  4. La fortaleza de ciertos hombres, que en el post llaman "de hierro" y yo los nombro como peronistas, son los únicos, ésos peronistas, o aliados de los peronistas, los que han podido conducir el País en los momentos de mayor desestabilidad.
    Hoy, nadie que no sea peronista puede soñar con gobernar. Sirva como ejemplo Macri, que hace todo los contrario a la doctrina del movimiento nombrado, pero menciona su condición porque sabe de antemano qué le conviene. Hasta Carrió un día se sinceró en favor de los peronistas.
    Mirá, trataré de explicarlo mejor: "A pesar de que prácticamente los dos tercios de la opinión ciudadana soportó décadas de prédica destructiva, mantuvo una monolítica unidad de convicción. Cuando se conserva una profunda fe en ideas y valores, la coerción externa no puede impedir que se desarrollen mecanismos informales de comunicación directa. Los medios de comunicaciones masivos se incrementaron, pese a ser sometidos a restricciones selectivas que respondían a los intereses de las filosofías dominantes. Pueden destruir los medios formales, pero no puede hacer lo mismo con aquéllos cuya energía de transmisión de información nace del poder de la ideología del grupo" (adiviná quién lo expresó tan claro?)
    Te saludo

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  5. La pregutna que yo te haria es: que solo los peronistas hayan podido conducir el pais sin problemas, es consecuencia de la ineptitud de los otros partidos o de los propios peronsitas que cada vez que no fueron gobierno han atentado contra la estabilidad del gobierno??

    Y aunque pensaras en la primera opcion, yo te pregutnaria tambien si realmente crees positivo el establecimiento de un solo partido en el pais, dodne no haya diversidad de propuestas e ideologias?

    Nicolas Sarlenga.

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